


Si bien se asemeja a la nieve, en realidad está más relacionado con la escarcha. Para que se forme la cencellada, se necesitan temperaturas negativas (-), niebla persistente y ausencia de viento.
En estas condiciones, las diminutas gotas de la niebla se encuentran en estado líquido a una temperatura bajo cero. Al entrar en contacto con cualquier superficie sólida, como el suelo, las hojas de las plantas o cualquier estructura, se congelan y se acumulan lentamente en forma de brillantes y puntiagudos cristales separados entre sí. Estas delicadas agujas se pueden sacudir y quitar fácilmente de los objetos.



Texto adaptado para el grupo, fuente del S.M.N - Fotos propias y tomadas de publicaciones de éste grupo.
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